Contribución a la desmistificación necesaria frente a la impresionante arremetida mediática que estamos sufriendo. A nosotros, los hombres libres de espíritu, estos momentos nos sirven para conocer el verdadero fondo de quienes ocupan, ineludible y permanentemente, la "pantalla chica".
Es como poco sospechoso que los que hasta ayer eran amigos íntimos de las democracias, hoy, son enemigos, los que ayer eran impolutos dirigentes, hoy se han convertido en verdugos, los que ayer eran excepcionalmente recibidos en los parlamentos europeos y gringo, hoy, son monstruos absolutistas.
Es curiosa esta metamorfosis súbita.
Es curioso contemplar este cinismo, esta cascada de información mal intencionada. Este batiburrillo de conceptos.
Y es curioso comprobar cómo unas revoluciones se convierten en mediáticas mientras otras son ignoradas.
Unas masacres ponen en guardia a los medios, mientras otras masacres bien documentadas son borradas, minimizadas.
Nos aturden como si fuéramos idiotas. Como si no tuviéramos el cerebro ya marcado con estas estrategias imperiales.
Será que yo ya sólo creo en lo que se calla, será que siento simpatía por aquellos que son presentados como salvajes, por aquellos lugares que continúan en pie pese al silencio, que no ven en Europa un referente, en los marines una ONG, en las democracias actuales algo en lo que creer.
Será que yo ya no creo nada y menos aún creo en las revoluciones televisadas.
SILVIA
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