Norma Arrostito creció en una familia donde el padre era anarquista y la madre, católica. A los 24 años, se casó con Rubén Roitvan y juntos militaron en la Federación Juvenil Comunista. Años más tarde, dejaría su pareja, establecería una relación sentimental con Fernando Abal Medina y pasaría del comunismo al peronismo, integrando la conducción de la agrupación Montoneros.
Fue una figura femenina destacada en una agrupación a la que se tildaba de machista. Sin llegar a ser tan conocida como otros nombres de Montoneros (especialmente por el bajo perfil que cultivaba), Arrostito, alias “La Gaby”, participó en el secuestro de Pedro Eugenio Aramburu, que fue ejecutado.
Cuando la dictadura militar se apropió de las instituciones para poner en práctica el terrorismo de Estado fue secuestrada por un grupo de tareas y permaneció en el centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA durante 410 días, hasta que fue asesinada mediante una inyección de cianuro. Según se comenta, los militares mostraron su cuerpo a los otros detenidos-desaparecidos como si se tratara de un trofeo, con la intención de que se quebraran.
El film no se centra exclusivamente en la figura de Arrostito, sino que también se abre hacia el sentir de otras compañeras militantes, tal vez para dar cuenta de una generación comprometida y del sentido de la militancia de los ’70.
Fue una figura femenina destacada en una agrupación a la que se tildaba de machista. Sin llegar a ser tan conocida como otros nombres de Montoneros (especialmente por el bajo perfil que cultivaba), Arrostito, alias “La Gaby”, participó en el secuestro de Pedro Eugenio Aramburu, que fue ejecutado.
Cuando la dictadura militar se apropió de las instituciones para poner en práctica el terrorismo de Estado fue secuestrada por un grupo de tareas y permaneció en el centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA durante 410 días, hasta que fue asesinada mediante una inyección de cianuro. Según se comenta, los militares mostraron su cuerpo a los otros detenidos-desaparecidos como si se tratara de un trofeo, con la intención de que se quebraran.
El film no se centra exclusivamente en la figura de Arrostito, sino que también se abre hacia el sentir de otras compañeras militantes, tal vez para dar cuenta de una generación comprometida y del sentido de la militancia de los ’70.
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