27 junio 2010

[doc] MANUAL PARA UN GOLPE DE ESTADO + carátula



Este reportaje retrata la vida de los hondureños bajo el toque de queda y refleja las consecuencias de declarar un estado de excepción en el país, pues ni siquiera los propios hondureños se ponen de acuerdo si su país ha sufrido un golpe de Estado o no.
La mitad de la población apoya al presidente constitucional Manuel Zelaya, al que unos militares sacaron una noche de su cama en pijama y enviaron a Costa Rica. El mismo que volvió clandestinamente y se refugió en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.
La otra mitad de la población de Honduras, sin embargo, cree que Zelaya debía ser apartado del poder antes de que se convirtiera en una especie de dictador. Que su sustituto Roberto Micheletti no es un golpista sino un sucesor constitucional, y que el Ejército hizo bien en sacarlo a la fuerza.
Jon Sistiaga viaja a Honduras, el segundo país más pobre de América después de Haiti, para hablar con los protagonistas de esta opereta política. Dos de cada tres hondureños viven con un solo euro al día y la mitad de los niños sufren desnutrición, pero en la capital, el ex presidente Zelaya, ese populista de derechas que luego hizo populismo de izquierdas, y su sucesor Micheletti, el político que llegó a la presidencia de rebote, se empeñan en olvidarse del país mientras discuten quien de los dos es más golpista
«Honduras sufre una dictadura», clama Zelaya desde la Embajada. «Yo no soy un golpista, lo mío es una sucesión constitucional», le dice Micheletti a Sistiaga. Las cámaras de Cuatro entrevistan al militar que organizó el golpe y mandó a sus hombre al palacio... «Me quieres engañar», le dice el general Vásquez a Sistiaga cuando le pregunta si él dio la orden de arrestar al presidente...

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