Un elemento clave de la candidatura de Sudáfrica para ser la sede de la Copa del Mundo 2010 fue el argumento de que el torneo daría un impulso al desarrollo del país y beneficiaría a su población, que sufre unas cifras de desempleo de entre el 25 y el 40%
Mientras millones de personas viven en casillas sin agua corriente ni electricidad, los hospitales carecen del equipamiento necesario para hacer frente a una crisis sanitaria de proporciones gigantescas (SIDA) y muchos colegios son meros barracones, se están construyendo estadios capaces de rivalizar con el primer mundo.
Aquí se enfrentan los testimonios de los que esperan con ilusión las oportunidades laborales y las mejoras que el Mundial supuestamente les aportará, con los que opinan lo contrario. Estos últimos denuncian la construcción de nuevos estadios imponentes junto a poblados de miseria, así como la remodelación total del Soccer City, situado cerca de Soweto y que será el principal del torneo, de una capacidad de 95.000 espectadores.
Existen denuncias sobre el desvío de recursos destinados para la construcción de escuelas y hospitales –concretamente cemento- hacia las gigantescas instalaciones. Y otro aspecto espinoso es que ocurrirá con esos estadios después de las cuatro semanas que dura el Mundial. "Se comprobará que no son más que caparazones vacíos y que nuestro dinero se ha utilizado para una estafa piramidal", dice un periodista local.
En los estadios de 2010 se han creado 22.000 puestos de trabajo, pero la mayoría eventuales y con salarios mínimos que, sin embargo, generan enormes beneficios para las compañías constructoras
Pese a todas las objeciones que se puedan plantear, el premio Nobel de la Paz Desmond Tutu es rotundo en su opinión: "Creo que va a ser muy beneficioso para nosotros y diría que vale la pena pagar el precio".
Mientras millones de personas viven en casillas sin agua corriente ni electricidad, los hospitales carecen del equipamiento necesario para hacer frente a una crisis sanitaria de proporciones gigantescas (SIDA) y muchos colegios son meros barracones, se están construyendo estadios capaces de rivalizar con el primer mundo.
Aquí se enfrentan los testimonios de los que esperan con ilusión las oportunidades laborales y las mejoras que el Mundial supuestamente les aportará, con los que opinan lo contrario. Estos últimos denuncian la construcción de nuevos estadios imponentes junto a poblados de miseria, así como la remodelación total del Soccer City, situado cerca de Soweto y que será el principal del torneo, de una capacidad de 95.000 espectadores.
Existen denuncias sobre el desvío de recursos destinados para la construcción de escuelas y hospitales –concretamente cemento- hacia las gigantescas instalaciones. Y otro aspecto espinoso es que ocurrirá con esos estadios después de las cuatro semanas que dura el Mundial. "Se comprobará que no son más que caparazones vacíos y que nuestro dinero se ha utilizado para una estafa piramidal", dice un periodista local.
En los estadios de 2010 se han creado 22.000 puestos de trabajo, pero la mayoría eventuales y con salarios mínimos que, sin embargo, generan enormes beneficios para las compañías constructoras
Pese a todas las objeciones que se puedan plantear, el premio Nobel de la Paz Desmond Tutu es rotundo en su opinión: "Creo que va a ser muy beneficioso para nosotros y diría que vale la pena pagar el precio".
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