Los recientes acontecimientos de Georgia, Ucrania, Birmania, Irán o Venezuela, fueron calificados de "revoluciones". La realidad es otra ya que su objetivo no era un cambio de sociedad sino, únicamente, provocar cambios de gobierno favorables a los aliados de EE.UU.
Las protestas y los movimientos callejeros fueron organizados por ONGs financiadas y dirigidas,
directa o indirectamente, por Washington conforme a un plan expuesto hace más de un año en un informe oficial de la USAID. Conforme a las teorías del politólogo estadounidense Gene Sharp, desarrolladas en el seno de la Albert Einstein Institution, EE.UU. elaboró desde el final de la guerra fría una nueva doctrina de "golpes de estado soft" mediante la utilización de técnicas no violentas.
El hecho de que la mayor parte de las ONG, sobre todo las más importantes, sean financiadas por fondos "privados-públicos" no es nuevo. Hace tiempo que las agencias gubernamentales de ayuda de EE.UU. tienen como objetivo subvencionar, por lo menos parcialmente, organizaciones humanitarias especializadas en el desarrollo. Numerosas ONG aceptan igualmente fondos provenientes de la diplomacia subterránea estadounidense.
Hoy día, una nueva forma de ingerencia está naciendo. Mediante la utilización de elementos de la "sociedad civil" (sindicatos, diarios, partidos políticos), tiene como método esencial el de sembrar la duda sobre los procesos electorales y organizar importantes campañas de propaganda para denigrar a los dirigentes que Washington decide eliminar. El mundo vive hoy al ritmo de la CNN. Lo que importa no es la realidad de la "revolución", sino LA IMAGEN QUE SE DA del hecho.
Estos son los manuales "de base". La instrucción se efectúa sobre "dirigentes", que estudian y desarrollan progresivamente las "197 formas" ideadas por Gene Sharp. Pero lo esencial de estos movimientos, es la faraónica ayuda económica que acompaña a los "insurgentes" (éstos no son terroristas)
EGIPTO Y SIRIA
Ya desde la primera semana de manifestaciones en El Cairo, Washington activó los equipos del Albert Einstein Institution. Un manual, ya utilizado anteriormente en Tunez, fue adaptado y traducido al árabe. Y se distribuyó para canalizar a los manifestantes.
Contiene instrucciones precisas sobre el recorrido de los desfiles. Contiene también esquemas y vistas aéreas, cuando en realidad los egipcios tienen una concepción completamente diferente de la representación espacial y casi nunca recurren al uso de planos. Las fotos aéreas incluyen datos vinculados a los derechos de autor, que nunca se tienen en cuenta en Egipto. El manual contiene consejos sobre la indumentaria apropiada para protegerse de los gases lacrimógenos y reproduce para ello una ilustración occidental que no tiene en cuenta las costumbres locales en materia de indumentaria.
En una ilustración resulta evidente que se modificó el dibujo del personaje de la derecha para representar a una mujer con velo. El personaje principal no es un militar sino un policía. El texto indica: «La policía y el pueblo contra la injusticia. Viva Egipto» El objetivo es transmitir un mensaje de unidad popular y de unión con la policía, pero en El Cairo la relación de los manifestantes fue con el ejército. El reciclaje de este dibujo muestra involuntariamente la premura y la falta de preparación que caracterizaron la adaptación del manual a la situación que se produjo en Egipto.
El contenido del manual define los objetivos que EE.UU. quería imponer al movimiento popular: derrocamiento de Mubarak y una buena administración civil. Excluye, sin embargo, cualquier consigna contra el imperialismo, contra el sionismo o a favor de la liberación de Palestina. Se trata, en definitiva, de una maniobra fracasada.
Acá se muestra el manual estadounidense para la realización de una revolución "de color" en Egipto.
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