El director recorre distintas zonas de la Argentina, entrevistando a técnicos, ingenieros, trabajadores y científicos, poniendo en evidencia el potencial económico –riquezas naturales– y humano con el que cuenta el país y que está siendo desaprovechado, permitiendo la fuga de cerebros. Muestra el constraste de ser un país inmensamente rico por su extensión, la diversidad climática apta para los cultivos, los recursos mineros, gas e hidrocarburos, el mar Argentino y, como consecuencia del mal aprovechamiento de los mismos –administrados por empresas privadas, fruto de la privatización que vivió el país en la década del 90'– los niveles de pobreza.
En el film se pueden observar los grandes logros de la industria argentina a lo largo de su historia y su estado actual. Además, muestra las enormes potencialidades de la Argentina, por su herencia científica-tecnológica, en cuanto a conocimientos y recursos humanos, gracias al alto desarrollo logrado en los años 50' y 60', sobre todo en las áreas aeroespacial, aeronáutica, automotriz, astilleros, ciencias naturales y medicina, etc...
También explica como gran parte de esos recursos, además de haber sido destruídos por la gan corrupción y desidia de sus gobernantes, fueron expoliados y destruidos por los grandes capitales extranjeros, y privatizados por recomendación de entidades financieras, como los ferrocarriles, la fábrica militar de aviones, YPF, etc...
El objetio del film no es mostrar las actuales incapacidades de un país como la Argentina si no que, al contrario, muestra sus enormes potencialidades y trata de concientizar sobre el patrimonio que pertenece a todos los argentinos, y, que bien administrados, podrían sacar el país de su actual crisis.
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