Líbranos del mal es un documental sobre el padre Oliver O´Grady, un sacerdote católico que violó a decenas de niños durante décadas en Estados Unidos.
Quizá lo más escalofriante de este film sean la declaraciones del sacerdote en las que confiesa su perversión y cuenta con total desparpajo los abusos cometidos.
También es espantosa la complicidad de la iglesia (como organización) al encubrir a O´Grady durante años. Desde 1973 las autoridades de la iglesia sabían lo que hacía el sacerdote, y sin embargo, no sólo no actuaron, sino que lo encubrieron.
La pedofilia siempre horroriza, pero cuando quien la comete es alguien que, supuestamente, encarna los ideales de bondad y espiritualidad, la situación se vuelve más chocante. La iglesia católica hizo lo que hace mucha gente ante estos casos: mirar para otro lado, pensar que no es asunto suyo y tratar de evitar el escándalo.
Esta situación únicamente perjudica a quienes son víctimas de esos abusos, ya que la situación nunca termina de salir a la luz y sigue haciéndoles daño aún pasados los años… Desde que se ha destapado este y otros escándalos, la iglesia no hace más que pagar indemnizaciones y pedir disculpas, como si no le quedara otra opción…
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