La desinformación y la propaganda del mejor estilo que pudo haber imaginado Goebbels existe hoy en día en los Estados Unidos y es utilizada masivamente por los grandes conglomerados de la prensa comercial corporativa que dominan y controlan la mayor parte de la información en este país que, —paradoja de los tiempos— es considerado aun hoy como un modelo de libertad de expresión y de democracia. Investigadores de la Universidad de Sonoma (California) analizan el fenómeno de la hiper-realidad.
La TV estadounidense Fox News Channel y su presentador estrella Glen Beck, «campeones» de la desinformación y la propaganda
«Una comunicación indecente (es decir, desprovista de valor intelectual, de decencia, de cultura) y manipulada (es decir, engañosa, bajo las múltiples formas que pueden inducir al error a aquellos que la reciben) priva a la población de medios intelectuales para defenderse. Un país no se puede considerar una democracia si una gran mayoría de su población está sometida a una comunicación manipulada y a una información fundamentalmente falsa».
Giulietto Chiesa, periodista italiano
La hiper-realidad es simplemente la incapacidad de distinguir entre lo que es real y lo que no lo es. La prensa corporativa, dígase Fox News (cadena de TV en los Estados Unidos) en particular, publica noticias que promueven una hiper-realidad acerca de temas y problemas de la actualidad internacional. Los telespectadores de estas cadenas corporativas -particularmente aquellas personas cuyos puntos de vista están impregnados únicamente de informaciones de este medio- se encuentran sumidos en un estado de delirio exacerbado de la ignorancia.
Los medios corporativos no han actuado como un poder unido, protector o como el llamado «cuarto poder» por décadas, como lo demuestran los más recientes ejemplos; dígase la guerra de Irak, la tortura y el impacto del huracán Katrina. Las noticias de los medios corporativos se adaptan más bien a un contexto post-modernista de la hiper-realidad.
Las noticias que emanan de las redes estadounidenses se basan en historias de hechos cotidianos banales preparadas en un contexto socio-emocional que compara al mal con el patriotismo y el fervor cristiano.
Hay múltiples ejemplos de esto, pero veamos sólo dos de ellos.
La tendencia a la hiper-realidad es tan inherente a los medios modernos hoy en día, que basta que los consumidores de información prendan su televisión para que estén expuestos a su estrategia. Veamos dos notorias y controvertidas figuras actuales para explicar lo que queremos decir con el término hiper-realidad del desconocimiento.
El presidente venezolano Hugo Chávez y el animador de la radio de derecha Rush Limbaugh son ejemplos únicos, en primera instancia por sus puntos de vista opuestos, tal como se percibe y por sus visibles similitudes.
Los dos deberían tener un débil impacto en los Estados Unidos, en todo caso en lo que respecta a la política interior de este país [los EEUU], ya que uno hace parte de la industria del divertimento y el otro es dirigente de un país extranjero. Pero los dos son personalidades de los medios, también:
Limbaugh dice tener una audiencia de unos 20 millones de oyentes a la semana, mientras que Chávez conduce un programa de TV cada domingo (Aló Presidente), desde el cual le habla a millones de venezolanos. Además, ambos desarrollan un furibundo despliegue ideológico para alcanzar sus objetivos, que a primera vista parecen diametralmente opuestos.
Desafortunadamente, los dos han conseguido una relevancia inapropiada, irónicamente al menos parcialmente emanada de la gran atención que les han prestado sus medios de prensa adversarios -lo que brinda una oportunidad más, la de analizar y hacerse la siguiente pregunta:
¿quién está parcializado con quién y cuáles serían las consecuencias de índole pública de tal atención, tanto negativa como positiva?
La «maldad» de Hugo Chávez (según la propaganda de Rush Limbaugh)
Los grandes empresarios serían tontos al ignorar la amenaza que se cierne sobre sus sistemas o patrones de negocios en Venezuela, cuando la creciente influencia de Chávez pareciera alcanzar economías mucho más poderosas, como la de los Estados Unidos. De ganar puntos de apoyo en otros lugares la revolución venezolana, sería difícil entonces cuestionar esos mismos modelos económicos aquí en los EE.UU.
Si un país con los recursos de Venezuela puede ofrecer programas y servicios de determinada calidad, ¿por qué no pueden hacerlo los Estados Unidos con sus enormes recursos y así lograr replicar el éxito aquí?
Como los avances sociales de Chávez en beneficio del pueblo de Venezuela son tan drásticamente contrarios a aquellos que se les reconoce a los capitanes de la industria estadounidense, cualquier acción de Chávez es sistemáticamente vilipendiada por los medios corporativos.
La cadena Fox News ha sido el epicentro de los ataques contra Chávez.
Fox News es uno de los más grandes medios de prensa en los EE.UU. Fox se dedica a promover figuras como Glen Beck, que una vez llamó a Cindy Sheehan «una putilla trágica» (Madre de familia norteamericana, perdió un hijo en Irak que fue enviado como soldado, desde entonces cuestiona la legitimidad de esta invasión y se ha convertido en uno de los símbolos del movimiento pacifista en los EE.UU.) y deseó el asesinato de Michael Moore en su programa.
Los espacios de Fox News diseñados para atacar a Chávez son iguales y sistemáticos hasta llegar al punto de la redundancia. Al examinar los libretos de Fox News sobre Chávez, encontramos el uso continuado de términos descriptivos que son emocionalmente negativos, como autoritario, el hombre fuerte, socialista, cruel, siniestro, radical, militante y dictador.
Durante la pasada década, Chávez ha sido elegido repetida y democráticamente por la inmensa mayoría del pueblo de Venezuela. Sin embargo, el tratamiento de los medios corporativos de EE.UU. sobre Chávez siempre sigue siendo la invariable y predecible oposición negativa artillada con calumnias emocionales.
Cuando Chávez hizo uso de las leyes para obtención de licencias para cerrar RCTV en Caracas, posiblemente debido a que los directivos de RCTV estaban bien involucrados en la conspiración para derrocarlo durante el golpe de estado del 2002, Fox cubrió el incidente como si la censura hubiera sido su móvil, lanzando titulares tales como: «Se tornan feas las protestas en Venezuela».
Los primeros reportes de la cobertura de Fox News hablaban constantemente de balas de caucho y de gas lacrimógeno, pero según pasaban los días, Fox continuaba con sus no corroborados estimados del número de manifestantes y el creciente autoritarismo. Esta es la estructura esencial de casi cualquier noticia sobre Chávez que podemos encontrar en los medios corporativos.
Desafortunadamente, la cobertura de Fox News nunca examina, en realidad, el origen de la manifestación -como quiénes son los que participan y si eran los mismos que se habían opuesto tan violentamente a Chávez unos años antes.
Una encuesta realizada en Venezuela después del cierre de RCTV descubrió la existencia de una amplia ambivalencia sobre el cierre de la emisora, en la que un 70 por ciento de los encuestados se oponía al cierre de la estación; sin embargo, la mayoría dijo que ello se debía a que sus novelas favoritas y otros programas parecidos desaparecerían.
Fox News y Glen Beck parecen ser categóricos en su intención de vincular el gobierno de Obama con el socialismo. Chávez les proporciona el hombre mediante el cual ellos pueden atacar las tendencias progresistas, «socialistas» y también al Presidente Obama. En febrero de 2009, en un espacio televisivo titulado « ¿Votaría usted por Hugo Chávez?», Beck afirmó que la nación (EE.UU.) iba «en dirección al socialismo», debido a nuestras medidas de «nacionalización de bancos» y entonces propuso que, con el financiamiento de tan solo un banco más, los Estados Unidos podrían estar ya listos para dar la presidencia a Chávez. Para Fox News, Chávez se ha convertido en un mal simbólico de desconocimiento emocional que se puede utilizar para socavar la presidencia de Obama.
Fox News no habla de similares acciones dirigidas a financiar bancos, que fueron apoyadas por la anterior administración de George W. Bush, como las llevadas a cabo en los casos de Bear Stearns y AIG. En contraste, Fox News utiliza las calumnias utilizadas contra Chávez y sin la menor lógica para conseguir el mismo impacto emocional.
Encabezado por el Presidente Hugo Chávez, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) reunió más de un millón y medio de votos en las elecciones del 23 de noviembre de 2008. Antes de la elección de Hugo Chávez como presidente en 1998, el acceso a la educación en Venezuela estaba principalmente en las manos de los ricos. Hoy, más de 1, 800 000 venezolanos asisten a la universidad, tres veces más que la cifra existente hace una década.
Para las dos terceras partes de venezolanos de bajos ingresos, Hugo Chávez significa atención a la salud, empleo, alimentos y seguridad en los barrios, donde en muchos casos la pobreza absoluta era lo que prevalecía diez años atrás. En Venezuela, donde existe una tasa de desempleo inferior a la de los EE.UU., compartir equitativamente las riquezas es algo que toma un significado real. A pesar del 50 por ciento de incremento en los precios de los alimentos el pasado año, los llamados MERCAL (Mercados de alimentos) ofrecen aceite, harina de maíz, carnes y leche en polvo a precios subsidiados por el gobierno, entre un 30 y un 50 por ciento por debajo de los precios del mercado.
Además, en la actualidad existen 3, 500 bancos comunales locales que, con un presupuesto de mil millones seiscientos mil dólares ofrece prestamos micro-financieros para mejorar las viviendas en los barrios, crear pequeños negocios y para emergencias personales.
En Venezuela, los medios corporativos son aun propiedad de las élites. Las cinco cadenas de Televisión más grandes y nueve de los diez principales periódicos continúan tratando de socavar a Chávez y a la revolución socialista.
A pesar de los medios corporativos y del permanente apoyo financiero que emana de los contribuyentes estadounidenses a las instituciones anti-chavistas a través de USAID y del National Endowment for Democracy (20 millones de dólares anuales), dos tercios de la población venezolana continúan apoyando al Presidente Hugo Chávez y al Partido Socialista Unificado de Venezuela.
La obsesión de Fox News con Chávez no tiene límites: han publicado trabajos sobre su ex-esposa y su difícil divorcio y sobre litigios por la custodia de su hijo, y sobre grabaciones de Chávez para un álbum de artistas «comprometidos con la Revolución Bolivariana». El saludo de Barack Obama a Chávez en la reunión de la Organización de Estados Americanos y sus posibles consecuencias diplomáticas sirvieron de materia prima a Fox News para los comentarios no sólo de Karl Rove, sino también de John Bolton, ex-embajador de los Estados Unidos ante la ONU y también de Beck.
Existe también una fuente de abundantes artículos negativos sobre Chávez en los cables de la agencia de noticias AP (Associated Press, agencia de prensa de EEUU). Los contenidos de esos cables están con frecuencia muy a tono con la afirmación que hace Fox News de que Venezuela es un petro-feudo socialista.
Chávez pone en funcionamiento numerosos cambios y medidas políticas, como cualquier líder elegido democráticamente, muchas veces deber poner mano dura en cierta medida. Pero desafortunadamente, en los EE.UU. sólo se publica la mitad de la historia. El mejor ejemplo de reportaje parcial es la cobertura de la no renovación de la licencia de transmisiones a RCTV en el 2006, al recurrir a la Ley de Responsabilidad Social de la Radio y la Televisión.
Esta cobertura fue de una naturaleza totalmente miope. Si los productores y ejecutivos de un medio estadounidense conspiraran contra el gobierno de EE.UU., de seguro habrían sido tratados con medidas mucho más duras que aplicadas a RCTV, a la que se le autorizó a transmitir el resto del tiempo que aún le permitía la licencia.
Otro ejemplo es el de las Reformas Constitucionales de 2007, cuando los medios corporativos de EE.UU. comenzaron a afirmar que Chávez había modificado la constitución, lo que podría convertirlo en «presidente de por vida». Una vez más, este es otro caso de manipulación de la realidad.
Los cambios solo incluían una reforma, que podría permitir un posible tercer mandato a Chávez. En Alemania, el Reino Unido y Australia no hay límite de mandato; sin embargo, ninguna de estas son llamadas «dictaduras» en los medios estadounidenses. La reforma de 2007 fue irónicamente revocada, pero un nuevo proyecto de ley, que elimina todos los límites al mandato, fue aprobado en febrero de 2009.
Los medios corporativos de EE.UU. no parecen poner muchos obstáculos a Chávez y su agenda democrática que ha ganado las elecciones desde 1998. Es más, lo que Chávez hace en Venezuela tiene poco impacto en las políticas y coyunturas de los EE.UU. Sin embargo, los actuales esfuerzos por desacreditarlo permiten la perpetuación de una hiper-realidad emocional con profundas raíces en la conciencia del público estadounidense. Siempre estará presente el Chávez hiper-real para ser comparado con otros asuntos de actualidad.
Los medios corporativos en EE.UU. ignoran a muchos dictadores contemporáneos. El Rey Abdullah, de Arabia Saudita, quien se sienta en el trono de una Dictadura Autocrática bajo la cual la mujer no tiene esencialmente derechos, mantiene un lugar perenne en la lista del «Desfile de los peores dictadores del mundo», tal como el presidente Hu Jintao, de China.
Si se hace una búsqueda en el sitio web de Fox News sobre estos líderes, se encontrará un total de 806 y 888 resultados respectivamente en la base de datos. Si se hace la misma búsqueda sobre Chávez: el líder democráticamente electo en un país con sólo tres millones de habitantes más que Arabia Saudita, y sólo una fracción de la población china, se hallarán 2,743 páginas.
Arabia Saudita, hogar de Osama Bin Laden y de 15 de los supuestos 19 secuestradores de aviones del 11 de Septiembre, se describe como un país aliado de los Estados Unidos.
Rush Limbaugh, otro seudo-periodista fanático estadounidense, estrella presentador de la televisión y otros programas radiales. Rush Limbaugh es un verdadero fenómeno de la desinformación en los EEUU avalado y apoyado por las grandes corporaciones de prensa. Su caso constituye un ejemplo de estudio de lo que resulta la hiper-realidad, dominando y atrayendo a una multitud de telespectadores
La Gloria de Rush Limbaugh
Rush Limbaugh se ha visto en una posición de tanta influencia que nadie excepto él mismo jamás lo habría creído. Ungido «jefe» tanto por los medios como por los legisladores de derecha, que se disculpan cuando contradicen su ideología, Limbaugh ha tomado su continuada popularidad como mandato y sigue empujando la cuña de su agenda. Limbaugh ha perfeccionado su ataque desde las elecciones de 2008 como se observó en sus palabras durante una entrevista realizada el 4 de junio de 2009 a Sean Hannity de Fox News.
Para Hannity, Rush Limbaugh es algo así como una autoridad moral y constitucional, lo que le permite conducirse de una forma casi pastoral, dando sermones dogmáticos sobre Americanismo (costumbres estadounidenses).
Rush Limbaugh mantiene la posición de que los esfuerzos de Barack Obama para restaurar la dañada economía del país son equivalentes al socialismo y al fascismo. En sus bromas, Rush Limbaugh dice: «Fidel Castro y Yo (Hugo Chávez) si no somos cuidadosos terminaremos a la derecha de Obama», en referencia a la transformación de General Motors en «Government Motors» (aunque el contexto no guarda relación). Y Rush Limbaugh continúa diciendo:
«pueden llevar una estadística de quién nacionaliza más, Obama o Chávez…probablemente estén parejos».
Rush Limbaugh se encontraba en medio de los fuertes intercambios entre el liderazgo demócrata y el republicano en la primavera de 2009. El jefe del equipo de la Casa Blanca Rahm Emanuel afirmó que el conductor del programa radial era «la voz y la fuerza y la energía intelectual que impulsaba al Partido Republicano». Michael Steele, Presidente del Comité Nacional Republicano dijo que llamó a Rush Limbaugh para decirle que no pretendía ofenderlo cuando se refirió al popular y conservador conductor de la radio como un «animador» cuyo programa puede ser «incendiario». «No tenía la intención de atacar a Rush—le tengo enorme respeto», dijo Steele. «Quizá no me expresé bien…de mi parte no hubo intención de minimizar su voz ni su autoridad».
El crooner Pat Boone se deshizo en elogios en un artículo: «Rush Limbaugh es un patriota. Un patriota simple y llanamente. Lo veo en la selecta compañía de otros patriotas como Paul Revere, Thomas Paine y Ben Franklin. Menos mal que no le han pedido que haga una proclama de muerte como Nathan Hale:
«Lamento tener solo una vida que dar a mi país», «pero creo que lo haría si llegara el momento».
Phyllis Schlafly, activista conservador, mantiene que Rush Limbaugh es un modelo de ciudadano. «Un secreto sobre el éxito de Rush Limbaugh es que él no siente miedo de aplacar los grupos de presión organizados que atemorizan a tantos otros con sus discursos de contenido político-moral. Se los lleva a todos: los feministas radicales, los ambientalistas chiflados, los llamados grupos de fronteras abiertas, e incluso las desviaciones del conservadurismo del Presidente George W. Bush.
Rush Limbaugh es un hombre de valores cristianos -aunque la congregación a la que pertenece sigue siendo una incógnita- y cree que los Estados Unidos son una nación fundada en los principios cristianos. Nacido en 1951 de una familia ilustre de Missouri, el joven Rush Limbaugh fue un Boy Scout aunque nunca recibió ningún mérito. Quizá para contentar a sus padres, Rush Limbaugh se inscribió para cursar dos semestres y una estadía de verano en la Universidad Estadual del Sur de Missouri; su madre le contaba al biógrafo Paul Colford que él «lo había reprobado todo», que no podía siquiera aprobar una clase de baile moderno de salón.
En la década de 1970, su carrera se limitó inicialmente a ser DJ en una emisora de música, pasando de una a otra antes de hacer su primer trabajo como director de promociones para el Kansas City Royals en 1979. Regresó a la radio en 1984 y no fue hasta que el gobierno de Reagan revocó la doctrina de la imparcialidad que Rush Limbaugh pudo dar su primer gran paso. Pero ¿cómo y cuándo fue que consiguió la fluidez que afirma tener, y cómo se manifiesta? Consideremos el comentario de Rush Limbaugh del 14 de mayo de 2008 en su programa de radio sobre la «Gran Depresión» y su elección de adversarios a difamar. Aparece entonces el testaferro, una táctica favorita de Rush.
Busca en Google algunos términos en un intento por revelar datos ya conocidos que explican la «Gran Depresión». Su búsqueda tiene como resultado, de manera previsible, un estudio titulado «Las principales causas de la Gran Depresión», publicado en 1996. Como un profesor indignado, Rush Limbaugh va desarticulando el trabajo y más que criticarlo lo ridiculiza concluyendo que debe ser revisado, pues puede se un plagio de los trabajos de Karl Marx. Continúa diciendo que el autor, Paul Gusmorino, está «completamente equivocado» después de añadir: «menos mal que yo no terminé en la universidad con la cabeza contaminada y el cerebro lavado por ese grupo de profesores marxistas».
Desafortunadamente para Rush Limbaugh, Gusmorino autor del trabajo tampoco termino la universidad. Gusmorino, que actualmente es un administrador de programas para Microsoft, estaba en la escuela segundaria cuando escribió el trabajo en 1996 -ni siquiera era profesor de economía política del Marxismo.
En los medios corporativos, Rush Limbaugh es una caricatura del patriotismo y los valores cristianos. El hecho de que carezca de conocimiento socio-político fundamentado no es un problema en el sistema de hiper-realidad de los medios corporativos. Solo el hecho de ser objeto de discusión abierta por parte de ambos partidos políticos abre la vía a la parodia basada en emociones y pone en marcha un verdadero delirio cuyo soporte es la ignorancia.
¿Y cómo va el marcador?
Michael Savage se encontró con que le estaba prohibido entrar a territorio del Reino Unido por haber usado un tono que «supuestamente promovía el extremismo o el odio», citando una afirmación suya de que «el Corán…es un libro de odio».
Sin embargo, en los Estados Unidos los comentarios que promueven el odio o la calumnia no tienen que preocuparse por ese tipo de problemas.
Los EE.UU. como sociedad han visto un incuestionable aumento del extremismo interno desde el cambio de gobierno. Individuos relacionados con grupos de derecha o seguidores de causas reaccionarias que se inclinan a la derecha, y que están en contra del control de armas y del aborto, han emergido ahora con un patrón de exacerbado delirio basado en el odio.
La noche en que Obama tomó posesión de su cargo, Keith Luke, «autoproclamado miembro de la supremacía blanca» fue arrestado después de un aparente delito múltiple de violación y homicidio, que tuvo como resultado dos muertos y una persona severamente herida y violada; todas sus víctimas eran de piel negra y él había planeado terminar su parranda con una masacre en una sinagoga local.
Tres policías de Pittsburgh pagaron con sus vidas por el temor paranoico de Richard Poplawski de que la administración de Obama iba a incautar sus armas.
El doctor George Tiller, sobreviviente de múltiples atentados contra su vida, fue baleado en su propia iglesia mientras servía de acomodador en la misa del domingo 31 de mayo de 2009.
Diez días más tarde, James von Brunn, un miembro de la supremacía blanca, de 88 años, mató a un guardia de seguridad e hirió a otros al abrir fuego en el Museo del Holocausto en Washington DC. Estas son pruebas que reflejan una tendencia alarmante. Ya algunos cuestionan el papel que los medios pueden estar desempeñando. Quizás sea injusto culpar a los medios corporativos de prensa de toda esta violencia cometida por reaccionarios de derecha, pero no cabe duda que la desinformación creciente de los medios de comunicación juega un rol primordial en esta sentido.
Sin un contexto de conocimiento fundamentado, Glenn Beck 21 es capaz de decir en el noticiero nacional de Fox News que el tiroteo que ocurrió en el Museo del Holocausto fue apoyado abiertamente por los defensores de la verdad sobre el 11 de septiembre. Beck afirmó que los tales defensores ven a James von Brunn como un «héroe».
La declaración de Beck carece de fundamento y representa un golpe de hiper-realidad emocional contra un grupo que ya ha sido difamado y que los medios corporativos lo han clasificado bajo la etiqueta de la conspiración. Beck continuó su diatriba equiparando la verdad del 11 de septiembre con la supremacía blanca y con Al Qaeda, al afirmar que todos ellos querían «destruir al país»
Nuestra decadencia cultural continuará mientras el movimiento que la incita siga ahí presente. El consumidor mismo decidirá en su momento que estos mensajes carecen de significado. La actual perdida de la confianza en los medios corporativos ya hace muy evidente el cambio de pensamiento. Eso se hace sentir cuando los noticieros -así como los medios dedicados al entretenimiento siguen el mismo paradigma que cualquier medio altamente cíclico y repetitivo por naturaleza: pierde atracción y fracasa en su intento de comunicar.
Mientras tanto, muchos estadounidenses siguen muy inmersos en un estado de excitado delirio de desconocimiento. Revertir esta tendencia es parte vital de la construcción de la democracia en los medios. Solamente un medio noticioso independiente y activo basado en la información debidamente investigada, verificada y racional puede remediar nuestra crisis de hiper-realidad.
Andrew Hobbs - Red Voltaire
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