Millones de personas, la mayor parte mujeres, de los países más pobres del mundo, que no pueden presentar avales como garantía a los créditos, encuentran una solución en las instituciones de microcréditos. Se trata de préstamos, a veces inferiores a 100 dólares, que estas instituciones ponen al alcance de personas con espíritu emprendedor. Y las cifras de estas instituciones dicen que, ya se trate de comprar una vaca que produzca leche, o los útiles necesarios para elaborar tortillas o tejer ropa, prácticamente todos devuelven los préstamos y obtienen los suficientes beneficios como para reinvertir.
El crédito de los pobres explora la historia y el presente de los microcréditos y entrevista a quienes han beneficiado, en países que van desde Filipinas a India. Pero también analiza el fenómeno de las microfinanzas en el primer mundo, donde, como en Estados Unidos, muchas personas desfavorecidas, de cierta edad, o víctimas del desempleo no tienen acceso a préstamos y gracias a este sistema han podido iniciar un pequeño negocio.
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