“Después, cómo no, hubo interminables conversaciones sobre la muerte del elefante. El dueño estaba furioso, pero no era más que un indio y no pudo hacer nada. Además, según la ley, yo había hecho lo correcto, ya que a un elefante loco hay que matarlo como a un perro loco, si su dueño no consigue dominarlo”. George Orwell. “Matar un Elefante” (http://www.saltana.org/1/20/44.htm) Orwell definió una manera de ver a Asia, que todavía es válida.
“To shoot an elephant” es el relato de un testigo presencial en la Franja de Gaza. El 27 diciembre 2008, la operación «Plomo Fundido» estuvo matando elefantes durante 21 días. Imágenes escalofriantes de los únicos extranjeros que consiguieron permanecer al lado de la población civil palestina.
¿Eran periodistas? ¿Eran activistas? ¡A quién le importa! Ellos se convirtieron en testigos. Haz que los que tú quieres escuchen, que escuchen y sean conscientes de lo que tú estás siendo consciente. Eso es ser periodista. Para ser testigo, con una cámara o un lápiz, no es necesario tener una tarjeta que diga “PRESS”. Olvidad la neutralidad, olvidad la objetividad. No somos palestinos. No somos israelitas. No somos imparciales. Sólo tratamos de ser honestos y contar lo que hemos visto y lo que sabemos. Soy periodista. Si alguien me escucha, soy periodista. En el caso de Gaza, ningún “periodista oficial” tenía autorización ese 27 de diciembre para entrar (excepto los que ya estaban dentro), por lo que nos convertimos en los únicos testigos, con todas las responsabilidades que eso conlleva.
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