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LA GRAN ESTAFA DE LA MINERIA A CIELO ABIERTO. Destrucción de la naturaleza y del agua. Robo de los minerales verdaderamente interesantes y caros. El desastre de los mineraloductos. Colonización de los gobiernos dependientes.
La historia de Pino Solanas es coherente y sorprendente a la vez. No puede negarse, por un lado, la coherencia de este hombre nacido en 1936 que siempre conjugó su militancia política con su arte cinematográfico, y lo que sorprende es cómo la sociedad argentina lo ha abrazado como un defensor de las causas justas en ciertos momentos históricos (como el presente), mientras que, en otras épocas, lo desterró al olvido.
El documentalista siempre se ha caracterizado por su intención abarcativa que lo lleva a realizar trilogías o sagas que no dejan afuera ningún detalle de los temas investigados. En esta ocasión, Solanas apunta sus cañones hacia el saqueo de los recursos minerales. Tierra sublevada (Oro impuro) es el título de la película que se supone la primera parte de una obra que se completará con Tierra sublevada (Oro negro).
Denuncia a las políticas neoliberales de los ’90 que propiciaron la depredación de los metales e hidrocarburos del país. Las grandes corporaciones contaron, por entonces, con el permiso (explícito e implícito) del Estado para utilizar sustancias tóxicas y extraer las riquezas mientras contaminaban el agua y el medio ambiente. Pese a la retórica del gobierno actual, la realidad no ha cambiado.
Solanas mantiene la postura de sus últimas películas, como La próxima estación, donde combina las denuncias de corrupción y complicidades con la presentación de la lucha de aquellos que resisten. Las asambleas de los ambientalistas y los cortes de ruta organizados por los vecinos autoconvocados, por lo tanto, tienen su lugar en Tierra sublevada (Oro impuro). El director destaca que la lucha de los ambientalistas ha logrado que las provincias de Chubut, Córdoba, La Pampa, Mendoza, Río Negro, San Luis y Tucumán prohibieran la minería a cielo abierto con sustancias nocivas.
El mensaje de Solanas, una vez más, es que la resistencia vale la pena ya que puede obtener resultados muy importantes. Afirma que la historia reciente de la actividad minera se encuentra determinada por las presiones del Banco Mundial, que llevó a una reforma de la legislación minera en setenta países. Solanas aseguró a La Prensa que, ante el desarrollo de Estados Unidos y varios países asiáticos, el capitalismo «salió a buscar metales» y llevó al Banco Mundial a «financiar procesos de minería que destruyen las montañas».
El mensaje de Solanas, una vez más, es que la resistencia vale la pena ya que puede obtener resultados muy importantes. Afirma que la historia reciente de la actividad minera se encuentra determinada por las presiones del Banco Mundial, que llevó a una reforma de la legislación minera en setenta países. Solanas aseguró a La Prensa que, ante el desarrollo de Estados Unidos y varios países asiáticos, el capitalismo «salió a buscar metales» y llevó al Banco Mundial a «financiar procesos de minería que destruyen las montañas».
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