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Más que un acontecimiento histórico, 1968 es un legado. Un legado cuyas cuentas no han sido resueltas. Los héroes de ese año, no son sólo franceses, sino también estadounidenses, alemanes, checos o ingleses. Evidentemente, este documental francés no habla de ese momento en América Latina, donde la revuelta tenía más de lucha de liberación, que de revolución en las costumbres...
La película habla de las luchas y el destino de algunos actores ese año cero de la protesta mundial:
Daniel Cohn-Bendit, icono insolente de un bonito mes de mayo, se ha convertido en diputado del Parlamento Europeo.
Jan Palach, el estudiante de la cara triste, un símbolo del levantamiento de Praga, se prendió fuego un par de días después del final de 1968.
Robin Morgan, pasionaria del movimiento feminista en los Estados Unidos y su corpiño legendario blandido frente a la Norteamérica conservadora, sigue luchando por sus ideas.
Tommie Smith, atleta excepcional, la estrella de los Juegos Olímpicos en Ciudad de México, sin embargo, es más conocido por su guante negro y el puño en alto en el escalón más alto del podio.
Felix Dennis, cínico y glorioso fundador de la contra-cultura inglesa se ha convertido en un multimillonario.
Beate Klarsfeld, y la cachetada propinada al canciller Kiesinger en noviembre de 1968, pidiendo su renuncia del gobierno por haber sido un oficial nazi.
Alan Krivine sigue siendo fiel a sus ideales y continúa siendo el portavoz de la Liga Comunista Revolucionaria (trotkista) francesa.
Estos hombres y mujeres lucharon a su medida para que el mundo cambiase, algunos en el desenfado, y otros al punto de arriesgar o perder la vida. La mayoría con buenas intenciones. Algunos ganaron, algunos perdieron. A través de su propio destino, vemos el surgimiento del mundo de hoy. A través del prisma de su destino, en este film examinaremos el mundo cincuenta años después...
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